EL VOTO MULO
Verdad ineludible e inalterable es que estamos plagados de políticos corruptos, desleales, e incapacitados para gobernar, que no hay en la mayoría de los casos distingos por color o tendencia, pero eso no va a cambiar por un mayor o menor número de votos anulados, por que al momento de contar las boletas todo lo que no se apegue a un voto legítimo según el código electoral equivaldrá a cero y un voto para nadie vale menos que uno hacia cualquier partido. La mayoría de los mexicanos sabemos que los partidos con mayor índice de votantes, con grosa abstinencia o no saldrán victoriosos, entonces, ¿para quién es el castigo?, a ningún político afectará en demasía (salvo en el caso de, que pudiera tratarse como a un certamen dejando las categorías desiertas), el que se vote mucho o poco por que su puesto estará listo para ser ocupado, las ventajas y bondades del mismo permanecerán latentes, en pocas palabras no habrá perdido nada. Tal vez un partido o dos de minoría perderán su registro pero de igual forma se duda que alguien les extrañase.
Es ahí donde el voto mulo se vuelve eso, mulo, cuando nos tomamos el tiempo para levantarnos temprano, acudir a la casilla, presentar la credencial de elector, sufragar, (o en este caso no hacerlo), para después ser manchado y salir de ahí para continuar las actividades propias de un Domingo, todo, para que al cierre de casilla se realice el conteo de boletas, se separen las erróneas, se contabilice el voto, y al final, pese a todo y todos, se publique a los partidos y candidatos ganadores, que no serán lejanos a los proyectados previo a los comicios. (Todo por que pretendemos que solo el voto define en su momento nuestra responsabilidad política), todo para que al final del día este hecho pase al libro de anécdotas surrealistas de este país y nada más.
La actividad política del ciudadano común, no se limita a votar y exigir, se contribuye todos los días a la misma, al no ceder a la corrupción, al convertirnos en buenos vecinos, al participar activamente en las decisiones de nuestra comunidad, al exigir por las vías adecuadas (y no son estas necesariamente las burócratas), etc. En pocas palabras en no esperar sentados que las cosas sucedan.
El voto mulo, no es de quién no lo sufraga, si no de a quién beneficia, por que una buena definición a la mexicana es que se dice mulo al que no hay quién le haga entrar en razón.